7 de junio de 2016

#9: Empieza una nueva etapa

Siempre he pensado que querer a alguien requería sufrimiento, llorar y llegar a pasarlo realmente mal por la otra persona. He creído, durante más tiempo del que querría admitir, que en las relaciones siempre hay una parte que da más, que cede más, que se preocupa más. Me he odiado a mi misma por pensar que nunca estaba a la altura de alguien, que no merecía que me tratasen bien, que era normal que me tratasen como me han tratado. He llegado a aceptar que nunca iba a conseguir sentirme cómoda y enamorada en una relación sana. Como si, cuanto más sufrieras, significara que más quieres a tu pareja. Como si las broncas diarias y los ataques y ofensas fueran algo normal y sano en toda relación. Como si no existiese el amor sin esa parte de odio. Como que querer a alguien es algo que requiere esfuerzo, que no es fácil.
Pero ya no. Y tengo que agradecer que me hayan enseñado que querer a alguien significa confort, paz, armonía. Gracias por enseñarme lo fácil que puede ser querer a alguien, que alguien te quiera y que se preocupe por ti tanto como tú por él. 


5 de diciembre de 2011


Por una vez en mi vida, estoy haciendo lo que de verdad quiero. Hago lo que quiero hacer, cuando lo quiero hacer y por los motivos que yo considero necesarios. Y no estoy obteniendo el apoyo que pensaba que obtendría. Es la sensación de sentirme sola aunque esté entre un montón de gente. Sentir que esas personas van a juzgar cada uno de mis movimientos, cada uno de mis gestos y cada una de mis palabras y van a conseguir ponerlas en mi contra. Esas personas que consideraba mis amigas, van ridiculizando mis actos, sin darse cuenta de que eso no determina quien soy yo, sino quienes son ellas.

15 de marzo de 2011

#8

Y me quedo mirando tus labios, pensando que, quizá, otra los haya rozado. Tus ojos, tan profundos como el mar, pero del color del cielo en un bonito día de abril. Hasta tu pelo parece más oscuro que de costumbre. O más claro. Quien sabe. Me muero por decírtelo. Echar todo a perder y decirte que te quiero desde el primer día. Que hace tiempo que no pienso en otra cosa que no sea en verte. Que tus abrazos son lo único que me hacen pensar que merece seguir adelante con todo esto, los únicos que me dan fuerza para continuar. Que con sólo una mirada, consigues hacerme olvidar todo. Que vivo para ver tu sonrisa cada día. Que sólo pensar que otra mujer pueda haber besado tus labios, tocado tu pelo, rozado tu piel... Echar todo a un lado y besarte y abrazarte hasta quedarnos sin aliento. Gritar al mundo lo que siento. Decirte una y otra vez que te quiero. Tanto que duele.

7 de marzo de 2011

#6

Yo soy la que se lo calla todo. La que muestra una gran sonrisa cuando está rota por dentro. La que sonríe y asiente. La que procura no llamar mucho la atención. La que siempre ayuda a los demás cuando tienen problemas. La que espera recibir lo mismo a cambio y a la que le es indiferente que eso no sea así. La que se aguanta las ganas de llorar hasta que llega a casa y se encierra en la habitación. La que espera que, al contestar que estoy bien, algún día alguien responda: "No, no lo estás". La que es feliz con un simple abrazo. Yo soy la que pasa desapercibida. Por la que nadie nunca pregunta. Con la que nunca nadie cuenta. De la que todo el mundo espera siempre una sonrisa. La que siempre es feliz, o al menos frente a los demás. La que ayuda. La que seca lágrimas. El hombro para apoyarse. Soy la que, llegado el momento, se da cuenta de que nadie nunca se va a preocupar por ella.

21 de diciembre de 2010

#5


Hay ciertas personas a las que se quiere tener al lado toda una vida... Y eso es mucho tiempo. A las que quieres ver cada noche al acostarte, y que sean lo primero que veas al abrir los ojos por la mañana. Ciertas personas, por las que darías todo lo que tienes, porque te vale ver su sonrisa para sentirte feliz. Dicen que la felicidad no es una meta, sino un modo de vida. Bueno... quiero que TÚ seas mi modo de vida, pequeño.

8 de diciembre de 2010

#4


¿Qué como soy? Soy una de esas personas que no sirven para recordar cosas, como fechas de cumpleaños o de aniversario. Una de esas a las que tienes que repetirle las cosas veinte veces para que lo entienda. En pocas palabras: una persona con muchos, muchísimos defectos. Bebo, fumo, cuento mentiras, digo palabrotas, hago el imbécil, me comporto como una cría, tengo reacciones de una niña de cinco años y soy una de las personas mas orgullosas que puedes haberte echado en cara. Soy egoísta, me gusta ser el centro de atención y que la gente me haga caso y hago lo imposible para que eso sea así. ODIO las anchoas y a las personas falsas. No tengo un estilo definido: un día llevo un vestido corto y botines con tacón y al día siguiente unos vaqueros y zapatillas de deporte. Puedo escuchar reggaeton y pasar a una balada, o cualquier otro tipo de música. Soy una persona muy exigente y a veces algo caprichosa y me cuesta mucho confiar en las personas, aunque no me cuesta nada ganarme su confianza. Pero hay una cosa que me cuesta aún más que confiar en alguien: enamorarme. Puede que sea lo que más me planta cara en todo el mundo, pero cuando estoy enamorada, es de verdad. Y, aunque a veces no lo demuestre, daría la vida por ti.

7 de diciembre de 2010

#3


Cuando eres pequeño cualquier cosa puede cautivarte, pompas de jabón o un riego que crea un arco iris sobre el césped. Creo que hacerse mayor significa que cada vez te cuesta más encontrar la forma de sentirte cautivado. La única vez que veo a los adultos con esa misma cara es cuando se enamoran.